Es normal que ocasionalmente los niños sean negativistas (que no quieran hacer algo que se les ordena) y desafiantes (no obedezcan a las figuras de autoridad) . Entonces, ¿Cuándo un niño tiene el trastorno oposicional desafiante? El diagnóstico no se debe dar, por ejemplo, a un niño que acaba de descubrir que su nueva palabra favorita es “no”.
Por lo general, el trastorno negativista desafiante (ODD por su iniciales en inglés) es diagnosticado en niños de primaria y deja de ser diagnosticado en la adolescencia. Los niños que tienen ODD tienen un patrón bien establecido de problemas de conducta. Los síntomas incluyen:
Estar enojado e irritable con frecuencia
Con frecuencia pierden la calma ante estímulos pequeños e irrelevantes
Se molestan fácilmente
Discuten con figuras de autoridad (profesores, tutores, padres, cuidadores)
Negarse a seguir las reglas sin una razón evidente
Molestar deliberadamente a los demás
Culpar a otros por los errores
Ser vengativos y rencorosos
Todos los niños pueden tener estos síntomas de vez en cuando. Lo que distingue el ODD del comportamiento negativista típico es qué tan grave es y por cuánto tiempo se manifiesta. Un niño con ODD tendrá problemas de comportamiento evidente y extremo durante al menos seis meses de forma consecutiva.
Un aspecto importante del ODD es el costo que implica para las relaciones familiares. Las frustraciones cotidianas habituales: instrucciones ignoradas, discusiones, arrebatos explosivos, se acumulan con el tiempo y estas interacciones negativas dañan la relación entre padres e hijos y refuerzan los patrones de comportamiento hostiles.
Los niños con problemas de conducta empujan a los padres a ser permisivos o los empujan a que se vuelven muy estrictos con la esperanza de que más control hará que el niño obedezca.
Le dice a su hijo que deje de jugar y se prepare para ir a la cama. Él ignora sus dos primeras solicitudes. A la tercera vez que le dice al niño que lo haga, está tan enojado que grita.
Le dice a su hijo que deje de jugar y se prepare para ir a la cama. Él hace una rabieta porque quiere seguir jugando. No quiere que esté tan agitado antes de ir a dormir, entonces se retira y dice que puede jugar otros diez minutos, pero luego tiene que irse a la cama.
En el primer escenario, su hijo aprende que gritar es una forma aceptable de transmitir un mensaje. Más sutilmente, él también podría estar aprendiendo que puede seguir ignorando esas primeras peticiones: cuando intensifica la situación es cuando sabe que habla en serio.
En el segundo escenario, su hijo ha aprendido que tener una rabieta puede darle algo que él quiere, por lo que será más probable que lo haga de nuevo en el futuro.
Ambos escenarios pueden predisponer a futuros conflictos y cuanto más se repiten, más fácilmente se vuelven patrones de comportamiento que son más difíciles de superar.
Esto también explica por qué los niños con ODD pueden comportarse peor en casa. Es probable que los niños con ODD sean más negativistas con las personas que conocen bien, en parte porque las vías de comunicación están muy desgastadas. Mientras que en un lugar como la escuela, donde por lo general el niño tiene menos control sobre su entorno, los tipos de comportamientos que son comunes al ODD pueden no darles los resultados esperados
.
TDAH y otros factores de riesgo
Aproximadamente el 48% de los niños que reciben el diagnóstico de TDAH (hiperactividad con sin dpeficit de atención) pueden tener otras condiciones incluyendo ODD
Pero otra vía para desarrollar ODD tiene que ver más con el temperamento del niño y puede ser evidente desde el principio. Los niños que tuvieron muchas dificultades para calmarse cuando eran pequeños y continúan luchando con una capacidad apropiada para su edad de controlar sus emociones frente a la decepción o la frustración a veces pueden desarrollar ODD. Los adultos en su entorno podrían estar más inclinados a adaptarse a sus demandas para mantener el funcionamiento de la familia lo más armoniosamente posible.
Los niños que han experimentado mucho estrés y trauma en su vida también son más propensos a desarrollar ODD.
Por qué el tratamiento es importante
Es importante recibir tratamiento para mejorar la relación de padres e hijo, la cual es crucial para la salud y la felicidad de toda la familia. También es importante para el futuro de su hijo. Algunos niños superarán el ODD conforme crecen, pero otros continuarán teniendo problemas de conducta, lo que podría resultar en el rechazo de los compañeros y la dificultad para formar relaciones sanas, sin mencionar la continua discordia familiar.
También serán menos propensos a alcanzar su potencial. Si algo no sale como quieren, pueden pensar que es culpa de cualquiera, excepto de ellos.
Un pequeño porcentaje de niños con ODD continúa desarrollando algo llamado trastorno de conducta, que es un trastorno de conducta más grave que incluye actos delictivos como robar, incendiar y herir a personas. Recibir tratamiento temprano para el ODD mejora el pronóstico del niño.
¿Cúal es el tratamiento para ODD?
Los padres juegan un papel clave en el tratamiento del trastorno negativista desafiante. Esto podría ser sorprendente, ya que los niños son los que reciben el diagnóstico, pero en ODD la relación padre-hijo debe ser reparada, lo que significa que ambas partes deben hacer cambios para volver a la normalidad.
Todos los programas tienen ciertos objetivos en común, como ayudar a los padres a encontrar el término medio entre ser demasiado autoritarios y demasiado permisivos. Un terapeuta conductual ayuda a los padres a aprender cómo entrenar el comportamiento de sus hijos al establecer expectativas claras, elogiando a los niños cuando cumplen y empleando consecuencias efectivas cuando no lo hacen. Los padres también aprenden a usar estas estrategias consistentemente, una de las razones por las cuales las estrategias de manejo del comportamiento a veces no funcionan es porque los padres prueban técnicas diferentes y contradictorias, o no se apegan a un programa el tiempo suficiente para ver las recompensas. Los padres y los niños también aprenderán habilidades de solución de problemas en las que pueden confiar cuando se encuentren con problemas.
Los programas de capacitación para padres pueden incluir sesiones con padres y niños que trabajan juntos o con padres solos. Algunos programas diferentes incluyen:
Terapia de interacción padre-hijo (PCIT, por sus siglas en inglés)
Entrenamiento para padres en manejo y control (PMT, por sus siglas en inglés)
Adolescentes desafiantes
Programa de crianza positiva (Triple P)
Los años increíbles (The Incredible Years)
Los médicos también pueden recomendar capacitación en habilidades sociales para ayudar a mejorar las relaciones con los compañeros de su hijo o la terapia cognitivo conductual si el niño está luchando con la ansiedad o la depresión.
No existe un medicamento aprobado por la FDA para ODD, pero los medicamentos a veces se usan como un complemento a la terapia conductual. Los medicamentos antipsicóticos como Abilify (aripiprazol) y Risperdal (risperdona), que se ha demostrado que reducen la agresividad y la irritabilidad, se utilizan con frecuencia en los casos en que el niño corre el riesgo de ser expulsado de la escuela o del hogar. Se pueden usar medicamentos estimulantes si el niño tiene una impulsividad excesiva, incluso aquellos que tienen un diagnóstico de TDAH. Los antidepresivos (ISRS) pueden ser útiles si el niño tiene depresión o ansiedad subyacente.
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