TDAH Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad
Actualizado: 4 nov 2020
1- Causas
El TDAH es uno de los trastornos más importantes en el área de la neurología padiátrica y es posiblemente, la condición más estudiada. En principio, se sabe que su aparición está vinculada a una producción insuficiente en ciertas regiones del cerebro de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina.
Los neurotransmisores son sustancias químicas cuyo objetivo es producir una correcta comunicación entre las neuronas. Para que esto se lleve a cabo, debe existir una cantidad adecuada de dopamina y noradrenalina. En el niño con TDAH la producción de estos dos neurotransmisores es irregular. Este déficit de dopamina y noradrenalina genera problemas en los circuitos reguladores de varias zonas del cerebro: el córtex prefrontal, el cuerpo calloso y los ganglios basales.
Córtex prefrontal: Se encarga de la función ejecutiva: cómo planificar una acción, iniciarla, controlar si se está haciendo bien o mal, darse cuenta de ello y corregir los errores, ver si se está siguiendo el plan, evitar distracciones, poder ser flexible si las circunstancias cambian y ser capaz de acabar la acción. Los niños con TDAH tienen un córtex prefrontal más pequeño, que funcionan a un ritmo menor que en circunstancias normales.
Cuerpo calloso: Es la estructura que conecta los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo, coordinando las funciones de ambos.
Ganglios basales: Incluyen la corteza frontal, el cuerpo calloso y los ganglios basales llamados globus palidus y núcleo caudado. El globus palidus y el núcleo caudado son más pequeños en niños con TDAH; estas regiones se encargan de coordinar o filtrar la información que llega de otras regiones del cerebro. Al reducir la información que llega de otras zonas e inhibir las respuestas automáticas, estas zonas están implicadas en el control de los impulsos.

Factores biológicos y psicosociales
El origen de las irregularidades en la producción de dopamina y noradrenalina, y por tanto, de la comunicación entre los circuitos de estas zonas cerebrales es desconocido. Por otra parte, los estudios sugieren que no existe una única causa que provoque el TDAH; éste se origina, más bien, en respuesta a muchas causas que se dan a la vez en el niño que lo desarrolla. En este sentido, podemos distinguir entre factores biológicos y psicosociales
Factores biológicos:
Están relacionados con factores genéticos y diversos acontecimientos que se producen durante el embarazo (prenatales) o en torno al nacimiento del niño (perinatales). De hecho, casi todas las causas del TDAH se producen durante esta etapa. Por ello se puede afirmar que el TDAH es altamente hereditario y que está más relacionado con la genética que con el entorno.
Entre los factores biológicos más importantes podemos enumerar los siguientes:
Causa genética: Se ha demostrado un claro componente genético del TDAH; aquellos niños cuyo padre o madre hayan sufrido TDAH tienen un 75% de probabilidades de padecer este trastorno.
Bajo peso al nacer: multiplica por tres el riesgo de padecer TDAH.
Que la madre fume durante el embarazo: multiplica el riesgo por tres.
Que la madre beba alcohol: multiplica el riesgo por 2,8.
Factores psicosociales
Existe una mayor prevalencia de este trastorno en los medios urbanos desfavorecidos. Los factores son varios: ambientes de pobreza, malnutrición y exclusión social, problemas familiares y violencia en el hogar contribuyen a su desarrollo y perpetuación. Del mismo modo, un medio escolar desorganizado o muy desestructurado provoca un deterioro de la conducta del niño y un mayor fracaso escolar.

2-Cómo se detecta
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) provoca en los niños:
Hiperactividad
Impulsividad
Déficit de atención
Muchos de estos comportamientos son normales en la mayoría de los niños; la diferencia es que en los niños sin TDAH, estos síntomas tienden a disminuir según crecen y pasan de la educación infantil a la primaria.
A la hora de distinguir entre un niño con TDAH y un niño sin TDAH, es importante tener en cuenta la cantidad e intensidad de los síntomas y su permanencia en el tiempo y en diferentes situaciones. En los casos de TDAH, las conductas hiperactivas e impulsivas, así como los síntomas de inatención, son:
Más intensos de lo que se espera
Se manifiestan en más de un lugar (colegio, casa, etc.)
Suelen prolongarse por más de seis meses.
Además, hay que dejar claro que no todos los síntomas son iguales en todos los pacientes; éstos pueden existir en diferentes grados de gravedad.
Hiperactividad
No pueden permanecer sentados en situaciones que lo requieren.
Cuando están sentados, cambian de postura con frecuencia y mueven los pies y las manos constantemente.
Corren o saltan excesivamente en situaciones inapropiadas.
Tienen dificultad para jugar o divertirse en silencio o tranquilamente.
Suelen entorpecer los asuntos de los demás, tocan cosas que no deben.
Están siempre en movimiento, como si estuvieran con el "motor en marcha".
Hablan en exceso.
Suelen tener más accidentes de los normales.
Impulsividad
Actúan antes de pensar. Sólo ven las consecuencias de sus actos cuando es demasiado tarde y ya han dicho o hecho algo fuera de lugar; sin embargo, no aprenden y vuelven a reaccionar de forma irreflexiva.