¿Qué es la parálisis cerebral?
La parálisis cerebral es un problema que afecta al tono muscular, el movimiento y las habilidades motoras. Entorpece la capacidad de moverse de una forma voluntaria y coordinada. La parálisis cerebral puede afectar a funciones corporales que implican el uso de habilidades motoras y musculares como respirar, el control de esfínteres (heces y orina), la alimentación y el aprendizaje.

La parálisis cerebral suele ser consecuencia de un daño cerebral que ocurre antes o durante el nacimiento del bebé, o bien en los primeros 3 a 5 años de la vida del niño. El daño cerebral también puede llevar a otros problemas de salud, como los problemas en la vista, la audición y el habla
Existen tres tipos de parálisis cerebral:
La parálisis cerebral espástica, que causa rigidez y dificultades de movilidad
La parálisis cerebral atetoide (o disquinética), que causa movimientos descontrolados
La parálisis cerebral atáxica, que causa alteraciones en el equilibrio y en la percepción de la profundidad
La parálisis cerebral no se puede curar, pero la calidad de vida de los niños afectados puede mejorar con:
tratamiento quirúrgico (operaciones)
otros tipos de tratamientos, como la fisioterapia, la terapia ocupacional, y la logopedia (terapia del habla).
equipos especiales que ayudan a los niños a desplazarse y a comunicarse con los demás
Esta afección no empeora con el paso del tiempo.
¿Cuáles son las causas de la parálisis cerebral?
Se desconoce la causa de la parálisis cerebral. Pero muchos casos ocurren como consecuencia de un problema que afecta al cerebro del niño cuando todavía está en pleno proceso de formación y desarrollo, antes de nacer o durante la lactancia inicial. Estos problemas se pueden deber a:
infecciones durante el embarazo
un accidente cerebro-vascular dentro del vientre materno o después del nacimiento
una ictericia no tratada (tonalidad amarillenta en la piel y el blanco de los ojos)
trastornos de origen genético
problemas médicos en la madre durante el embarazo
En casos excepcionales, la parálisis cerebral ocurre porque algo va mal durante el parto y el nacimiento del bebé.
Los bebés prematuros (que nacen antes de tiempo) tienen un riesgo más elevado de tener parálisis cerebral que los bebés nacidos a término. Ocurre lo mismo con los bebés de bajo peso al nacer y los partos múltiples, como los mellizos y los trillizos.
El hecho de sufrir lesiones cerebrales durante la lactancia o la primera infancia también puede evolucionar a una parálisis cerebral. Por ejemplo, un bebé o un niño de menos de tres años puede sufrir daño cerebral a consecuencia de:
una intoxicación por plomo
una meningitis bacteriana
falta de irrigación sanguíneo cerebral
ser sacudido o agitado durante la lactancia (síndrome del bebé sacudido)
sufrir un accidente de tráfico
¿Cómo se diagnostica la parálisis cerebral?
Los bebés prematuros se exponen más a tener una parálisis cerebral, por lo que se deben observar en busca de signos de esta afección. Los médicos se fijan en:
los retrasos evolutivos, como no alcanzar juguetes con 4 meses de edad o no sentarse con 7 meses
problemas en las habilidades motoras, como no saber gatear, andar, o mover brazos y piernas de la forma habitual
movimientos descoordinados
tono muscular demasiado alto o demasiado bajo
los reflejos del bebé (como el de prensión, cuando las manos se convierten en puños en cuanto se le toca la palma de la mano) que permanecen más allá de la fecha en que suelen desaparecer

¿Qué problemas causa la parálisis cerebral?
Hay una amplia variabilidad en las discapacidades físicas y cognitivas (la facultad de aprender y entender) en lo que respecta a la parálisis cerebral. Algunos niños tienen muchos problemas relacionados con el movimiento y el aprendizaje, mientras que otros no los tienen. Todo depende de la medida en que esté dañado el cerebro. Por ejemplo, una lesión cerebral puede ser leve y afectar solo a la parte del cerebro que controla la marcha. O puede ser mucho más extensa y afectar a partes del cerebro que controlan el habla y la marcha.
El daño cerebral que causa una parálisis cerebral también puede afectar a otras funciones cerebrales, pudiendo provocar problemas como:
deficiencias visuales o ceguera
pérdidas auditivas
reflujo gastroesofágico (regurgitar)
problemas en habla y/o babeo
trastornos del sueño
osteoporosis (huesos frágiles y quebradizos)
problemas de comportamiento.
trastornos del aprendizaje